martes, junio 05, 2012

Steve Jobs: Obra y milagros

Hoy he acudido al Monday Reading Club de Vigo. El Monday Reading Club es un club de lectura de marketing online que se celebra el primer lunes de cada mes en distintos puntos de España. Se propone un libro, alguien lo lee y al cabo de un mes lo expone y posteriormente se hace un pequeño debate. El libro de hoy era la biografía de Steve Jobs de Walter Isaacson.

La presentación resultó bastante amena. Más que repasar el libro cronológicamente la charla giró entorno a los valores que definían a Steve Jobs, tomando como ejemplos algunos de los pasajes que se narran en su biografía.

El debate también resultó muy interesante. Se comentaron algunas ideas de marketing de Apple como por ejemplo la de usar auriculares de cable blanco en los iPod, algo que ayudaba a reforzar la imagen del producto de una forma fácilmente reconocible (una persona escuchando música con unos auriculares blancos). Otros comentaban que las estrategias de Apple no han supuesto, desde el punto de vista del marketing, una aportación tan notable como las de Zara, por ejemplo, que ha conseguido crear una marca sin inversión directa en publicidad.
 
El público que suele acudir al Monday tiene un conocimiento sobre el mundo empresarial tecnológico mayor que el público general, por lo que no se cayó en el idolatramiento excesivo que suele rodear a Steve Jobs, más bien todo lo contrario. Se comentaron aspectos negativos de su vida personal como el rechazo a su hija Lisa, la manera de tratar a sus empleados o su carácter dictatorial. También sus fracasos como empresario, que los tuvo, y se tienden a minimizar como por ejemplo el Macintosh, NeXT y la fase inicial de Pixar.

Yo hice mi pequeña aportación al debate discrepando parcialmente en este último punto. Si bien productos como el Macintosh resultaron un fracaso desde el punto de vista comercial, desde el punto de vista técnico supusieron una gran revolución. El éxito de un producto se mide también por su capacidad para influir sobre los demás productos del mercado. El Macintosh trajo a la computación doméstica el concepto de escritorio: las ventanas, el ratón, hacer click, etc. Como todo el mundo sabe, Steve Jobs no inventó estos conceptos, tampoco Apple, sino Xerox en su laboratorio de investigación de Palo Alto, Xerox PARC. Cuenta Steve Jobs en el documental "The Rise of Silicon Valley" que Xerox le enseño 3 cosas: la programación orientada a objetos (el escritorio de Xerox estaba programado sobre Smalltalk, uno de los primeros lenguajes de programación orientados a objeto), un entorno de red (con correo electrónico, ordenadores compartiendo archivos, etc) y el escritorio. Sin embargo, Steve Jobs estaba tan ciego por la interfaz que Xerox le había mostrado que tardó años en llegar a entender las otras dos cosas.

Quizás el mérito de Steve Jobs fue su inusitada capacidad para reconocer  el valor de nuevas ideas y aplicarlas en forma de producto. Xerox, condicionada por la propia naturaleza de su negocio (máquinas fotocopiadoras), no pudo reconocer qué es lo que tenía delante.

Comentaba Nacho Cabaleiro en su exposición que Steve Jobs a lo largo de su vida siempre estuvo rodeado de personas de gran talento. Al principio con Steve Wozniak, después con John Lasseter en Pixar y al final de su vida con Tim Cook, actual CEO de Apple, que consiguió reducir el stock de Apple de 6 meses a 6 horas. Steve Jobs sabía reconocer el talento y cautivar a otras personas para que trabajaran en su visión. Si bien, no siempre lo consiguió como en el caso de John Sculley, contratado inicialmente por Jobs para dirigir Apple y que supuso su salida de la compañía.

Al igual que el Macintosh, el fracaso de NeXT también fue relativo. Steve Jobs invirtió casi toda su fortuna en NeXT y la empresa nunca llegó a ser un éxito comercial, si bien como producto las estaciones NeXT eran técnicamente muy buenas. Tim Berners Lee programó el primer servidor y primer cliente web en una estación de trabajo NeXT. En su artículo, "The WorldWideWeb browser", comenta algunas de las ventajas de la programación sobre NeXT.

"I wrote the program using a NeXT computer. This had the advantage that there were some great tools available -it was a great computing environment in general. In fact, I could do in a couple of months what would take more like a year on other platforms, because on the NeXT, a lot of it was done for me already."

Este primer navegador que Tim Berners Lee programó estaba escrito sobre Objective-C, un lenguaje orientado a objetos a camino entre C y SmallTalk. Hoy día, es el lenguaje con el que se programan las aplicaciones nativas de los iPhone y los iPad. Curiosamente, no es un lenguaje que Steve Jobs ni NeXT inventaron. Objective-C fue desarrollado por Brad Cox y Tom Love para su empresa Stepstone, una de las pocas empresas que NeXT adquirió. Steve Jobs podría haber optado por otros lenguajes orientados a objeto como C++ o Eiffel, pero no, otra vez su capacidad para reconocer valor y aplicarlo a un producto de manera práctica, o quizás su cabezonería para hacer las cosas de manera distinta (Think Different ©).

Fueron las extraordinarias capacidades técnicas de NeXT lo que llevaron a Steve Jobs de vuelta a Apple. Por aquel entonces Apple estaba a punto de quebrar como comentaba Nacho. Quizás lo que no se comenta en el libro, al menos no se comentó en la charla, fueron las razones por las cuales Apple decidió comprar NeXT.

En la década de los 90, a medida que Microsoft se hacía con el mercado mundial del escritorio, Apple fue perdiendo relevancia como alternativa al mundo del PC, llegando incluso a licenciar la construcción de ordenadores Apple a otros fabricantes. Su sistema operativo, el System 7, se había quedado obsoleto y era necesario una reescritura desde cero. Este es el conocido proyecto Copland, uno de los más grandes fracasos de la historía de la ingeniería del software. Viendo Apple que no conseguiría finalizar este proyecto, no tuvo más remedio que buscar un plan B. El plan B fue la adquisición de NeXT, con la idea de utilizar su sistema operativo, NeXTStep, como base para los nuevos ordenadores Apple. Mac OS X es el resultado. Un sistema operativo basado en NeXTStep, del que mantiene su núcleo Mach y la programación en Objective-C, entre otras cosas.

Para mí, la gran virtud de Steve Jobs fue su capacidad para visualizar y definir productos, normalmente de una gran calidad técnica. Si bien, la calidad técnica por sí misma no garantiza el éxito. NeXT es la prueba de ello. Existen otros muchos factores que influyen en el éxito comercial de un producto, pero la calidad es en mi opinión un factor determinante. Es difícil tener un éxito comercial con un producto mediocre.

Esta virtud de Jobs se repite incesantemente a lo largo de su vida. Primero con el Apple II, después con el Macintosh, NeXT, Pixar, iTunes, iPod, iPhone, Apple Store, iPad, etc. Además muchos de estos productos no solo han sido grandes éxitos comerciales, sino que han supuesto un punto de inflexión en sus correspondientes mercados. Es por ello que, desde mi punto de vista, el éxito de Steve Jobs no es un éxito fortuito, porque se repite constantemente a lo largo de su carrera.

Tampoco considero el éxito de Apple como simple marketing que disfraza productos de baja calidad técnica bajo un envoltorio bonito. En su charla de presentación del iPhone, Steve Jobs cita una frase de Alan Kay (creador de Smalltalk) que define la forma de pensar de Apple acerca del software: "Aquellos que se tomen en serio el desarrollo de software deberían fabricar su propio hardware". Apple es quizás hoy día la única empresa del mundo que es capaz de desarrollar un software tan bueno como su hardware. A medida que leo más sobre la historia de la informática compruebo que muchos de los avances de la industria del software se entrecruzan en la vida personal de Steve Jobs, desde el escritorio hasta la creación de la WWW, o los móviles de última generación.

Mi forma de pensar acerca de Steve Jobs ha ido cambiado a medida que he leido más sobre su vida. Aborrezco muchas de las cosas que Apple representa, como su hermetismo y su jardín amurallado, tan cerrado como el de Microsoft de finales de los 90, pero reconozco el valor que Apple, y Steve Jobs a lo largo de su vida, han aportado al desarrollo de la industria informática. Un éxito meritorio que no es en absoluto fruto del azar.