Antes de venir para aquí, todo el mundo me recomendaba que no me fuese de Asia sin haber visitado Camboya. Cada vez que le preguntaba a alguien: "¿Qué es lo que más te ha gustado de Asia?", Camboya siempre figuraba en la respuesta. Desde entonces, tenía la espinita de Camboya clavada y a principios de Diciembre decidí quitarmela, junto con Filipinas y Malasia, pero eso ya es otra historia.
Cómo llegar
Visitar el país jemer no es fácil. Desde Hong Kong sólo vuela directamente Siem Reap Airlines y lo hace únicamente en lunes, miércoles y viernes. En caso de venir desde España, lo haría desde Bangkok, que cuenta con muchos vuelos internacionales hacia y desde Europa, y es sin duda uno de los aeropuertos más grandes del sureste asiático, con un gran volumen de tráfico aéreo. Por mi parte, aprovechando la coyuntura de mi periplo asiático, viaje desde Kuala Lumpur, capital de Malasia. También existen vuelos directos desde Ho Chi Minh (Vietnam).
Primeras impresiones
"Vacaciones en Cambodia , y una p***a !", decía aquella gran canción de Def Con Dos, "Veraneo en Puertohurraco". Lo cierto es que, lejos de ser el infierno que fue durante la Guerra Civil Camboyana en los 70, Camboya es hoy día un país, quizás para la desgracia de los aventureros y viajeros, preparado para recibir miles de turistas. Prueba de ello es la enorme cantidad de hostales y hoteles que existen en Siem Reap, más de 200.
Decidí hospedarme, por recomendación de un amigo, en 13 Villa, un hostal regentado por una japonesa llamada Megumi, o Kumi (meme_0828@yahoo.co.jp) para los amigos. Curiosa historia la de esta chica que visitó Camboya por primera vez cuando tenía tan sólo 19 años. Enseguida se enamoró de la antigua cultura Khmer, volvió a Japón y le comentó a sus padres que quería ser guía turístico. Así estuvo un par de años, hasta que finalmente decidió dejar lo de guía, supongo que en parte por aburrimiento, y montó su propio hostal. Una casa espaciosa, limpia, con mucha luz, y un staff muy atento. Kumi tiene ahora 23 años (y nosotros aquí papando moscas...) Pues eso, que si vais a Siem Reap no lo dudeis, 13 Villa. Los precios de las habitaciones están muy bien. Incoveniente: alejado del centro, pero pare eso están las bicicletas (para eso y para el verano).
Llegado a Siem Reap, donde hacía un sol de justicia, con un retraso de 2 horas gracias al buen servicio, sí es una ironía, de Air Asia, vino a recogerme Kim, el que sería por dos días mi motorista y guía particular. Kim también tiene su pequeña historia...Le encanta el fútbol y ha llegado a jugar, por lo que me contó, como delantero en el equipo nacional de Cambodia (no sé si absoluto o de categoría juvenil). Gracias al fútbol ha tenido oportunidad de viajar a países como Vietnam, Tailandia, e incluso China. También ha jugado contra las selecciones de Korea del Sur y Japón, pero en torneo oficial en Vietnam. Hace un tiempo sufrió un percance en la pierna y su madre le pidió que abandonara el fútbol. La verdad es que ganaba un buen sueldo, 500 euros, pero el amor por una madre es más grande que eso y decidió dejarlo. Ahora estudia en la Universidad, por las tardes, historia de Camboya. Por el día trabaja como motorista para el 13 Villa. También estudia japonés y le gustaría ser guía turístico para japoneses como lo fue Kumi.
Fondo histórico
Siem Reap, antigua capital del imperio jemer. El siglo XII fue el gran siglo de oro para esta civilización y durante ese tiempo se contruyeron multitud de templos y palacios. La cultura jemer es de fondo brahmánico, aunque el budismo acabaría integrándose más tarde. Originario de la India, el brahmanismo llego a Angkor a través de monjes hinduistas provenientes de Sri Lanka. El brahmanismo es una de las múltiples doctrinas del hinduismo, pues este sistema religioso carece de doctrina única, siendo posible encontrar dentro del mismo religiones politeístas, monoteístas, panteístas o incluso ateas.
Dentro del brahmanisno existen 3 principales deidades: Brahma, dios creador, representado por una figura de 4 cabezas, Vishnu, dios preservador y Shiva, dios destructor. A parte de estos, en los templos se pueden encontrar otros seres mitológicos carvados en piedra. Uno de las más frecuentes suele ser Asrad. También son frecuentes los mosaicos en piedra que narran sucesos épicos e históricos. El mahabhárata, compilación a modo de poema de epopeyas y otros relatos épicos, es considerado uno de los libros sagrados del brahmaismo. En él se describe la génesis del universo mediante la intervención de todas estas y otras muchas deidades.
A mediados del siglo siglo XIX, Camboya fué colonizada por los franceses quienes la fusionaron junto con la actual Vietnam, Laos y Myanmar (antigua Birmania) para formar lo se dió en llamar como Indochina francesa. Curiosamente Camboya, Laos y Myanmar tienen más vinculos en común con los territorios del oeste de la península de Indochina que con Vietnam, antigua provincia del imperio chino. En la segunda mitad del siglo XIX Henri Mouhot se encargó de redescubrir las ruinas de Angkor Wat, uno de los más grandes y mejor conservados templos del imperio jemer, además del todo el complejo que lo rodea. Si bien Angkor Wat nunca fué olvidado ni Mouhot fué el primer extranjero en ver Angkor Wat sus crónicas maravillaron al mundo Occidental.
Asrad, baila con una flor alrededor del Naga, según el mahabhárata, durante la creación del Universo
Brahma, en el templo de Banyú, representado por cuatro cabezas
Brahma, en el templo de Banyú, representado por cuatro cabezas
Últimas reflexiones
Fueron dos días bien aprovechados cargados de visitas. Las hordas de turistas son inevitables, pero no puede ser de otra manera. Las mejores horas del día para visitar son el mediodía y también es verdad que los templos más alejados, aunque peor conservados, están menos plagados de gente. Me comenta Kumi, que ahora con la llegada del frío y en plenas Navidades ha habido un descenso importante del número de visitantes. Así que ya lo sabeis, si estais planeando un viaje por esas tierras, ésta es la mejor época del año.
Por lástima, el mismo día de mi 28 aniversario recibí como inmerecido regalo una estupenda gastroentiritis que me acompañaría desde entonces y hasta varios días después. Debió ser la comida de la calle y la Angkor Beer que me tomé la noche anterior.
Me quedaron por ver los campos de la muerte, ese experimento orwelliano ingeniado por la cabeza de uno de los mayores genocidas de toda la historia, Pol-Pot, y su macabro año cero. Que no se me entienda mal, a mí tampoco me hace gracia que los campos de la muerte se hayan convertido en un reclamo para turistas. Es simple curiosidad. Vi la película, The Killing Fields, hace un par de años. Por aquel entonces no sabía nada del régimen de Pol-Pot y mucho menos de la existencia de estos pequeños infiernos en la tierra. Hasta me hubiese costado creerlo si fuese una película ficción, pero lo cierto es que era real, y la bofetada, por tanto, fue doble.
Los campos de la muerte, o the killing fields, están en Phom Penh, la capital de Camboya. Desde Siem Reap existen vuelos diarios hacia la capital aunque también se puede viajar en autobús. El trayecto dura 5 horas, el precio del ticket alrededor de unos 6 €. Se pueden comprar tickets de autobús en cualquier hostal o incluso cyber-cafés.