Así se llama la última obra de Guy Delisle sobre su experiencia de 14 meses viviendo en Myanmar, país antiguamente conocido como Birmania.
Guy Delisle es una animador canadiense y autor de comic-books (o novelas gráficas, como suelen decir los no habituales lectores de cómics para referirse a éstos cuando son buenos), que se dió a conocer mundialmente por su cómic Pyongyang, donde relata su experiencia como animador foráneo en la capital norcoreana. Para muchos, la obra destacaba por la capacidad de Delisle para denunciar, de un modo simple y efectista, los abusos del régimen norcoreano; para otros se trataba de un relato de viajes en formato cómic-book explotando al máximo las capacidades que el lenguaje del 9º arte ofrece. A ninguno de ellos les falta razón.
Anteriormente a Pyongyang, Delisle ya había elegido el formato cómic para narrar su experiencia, también como animador, en la ciudad china de Shenzhen (De Pyongyang a Shenzhen).
En esta ocasión Deslile se deplaza al país de las piedras preciosas para acompañar a su mujer, voluntaria de Médicos Sin Fronteras Francia. A diferencia de Shenzhen y Pyongyang, las experencias que va relatando Deslile se estructuran en pequeñas historias cortas, que pueden ser leídas independientemente, aunque el conjunto mantiene cierto orden cronológico.
Quizás debido a su situación de amo de casa y también a la extensión de su estancia, el número de anécdotas es más amplio y diverso. En esta ocasión, Deslile actúa exclusivamente como espectador. Y al igual que en sus dos obras anteriores, nos cuenta sus sensaciones acerca de la gente local, el régimen totalitario del país, la situación de las ONGs, su vida como miembro de la sociedad de expatriados, sus migas con la comunidad de animadores y autores de cómic locales.
Hace poco escuchaba una entrevista con el canadiense en el programa The Strand de BBC Radio. Delisle pensaba que a su llegada a Myanmar se encontraría con una sociedad bastante parecida a la norcoreana, dado que ambos países comparten ciertas características similares. Primeramente, se trata de países gobernados por regímenes totalitarios (una junta militar, en el caso de Myanmar; y la primera dinastía comunista mundial, en el caso de Corea del Norte), lo que implica un férreo control de la libertad de expresión, tanto de los medios como de los ciudadanos. Sin embargo, Delisle se sorprende al ver que la sociedad birmanesa tiene acceso a fuentes de información extranjeras como la BBC o Voice of America. Hay algunas cuantas historietas donde Deslile hace un repaso a los sistemas de censura birmanos, y también en otras muchas da cuenta de la franqueza con que los locales critican abiertamente el régimen dentro de su círculo privado, especialmente aquellos de más edad.
Comparando su experiencia con Pyongyang, Delisle comenta varias cosas. En primer lugar, la experiencia fue un poco más dura, sobre todo al principio, porque en esta ocasión tenía a cargo a su hijo, de corta edad, mientras su mujer trabajaba. En los primeros capítulos puede verse claramente a Deslile en este rol, como acude al club de madres de expatriados, o el éxito que tiene con su hijo entre los autóctonos (y como lo ignoran cuando va sin su hijo).
Hay algunas otras conversaciones e interesantes historias sobre ONGs y en particular la misión que cumple la MSF en Myanmar.
Personalmente, me ha encantado, "I could not put it down". Muchos valoran la capidad de Deslile por haber sido capaz de atraer la atención del gran público hacia paises y regímenes políticos desconocidos e ignorados por los grandes medios de comunicación. Para mí, eso no es exclusivamente lo más importante, para mí, Deslile es un observador (un "curiosador" también), un magnífico narrador que sabe como expresar en papel aquello que ve, lee y escucha, y lo hace de la mejor manera que sabe, a través de páginas y viñetas.
Hay mucho contenido político en Myanmar, se ve sin duda que Deslile es un "animal político", sí pero también hay mucho de anécdotas, de experiencias personales (y espirituales), de impresiones, de dudas, de sensaciones y sentimientos, de pequeñas conversaciones, y también de, como no, cómics y animación.
Burma Chronicles, o Crónicas Birmanas, ha sido publicada en España por Astiberri, la misma editorial que ha publicado hasta ahora sus dos anteriores obras.
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